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Ante la pérdida de seres queridos, el dolor de los niños y niñas puede pasar desapercibido. Éste puede manifestarse de múltiples formas, como cambios en su comportamiento y estados de ánimo. Es necesario estar atentos y conversar el tema. Fundación CAP entrega algunas recomendaciones.
La dura situación de pandemia, hace que la experiencia de muerte y los procesos de duelo que esta conlleva se hayan vuelto cercanos y cotidianos, lo que hace necesario poder comprenderlos, elaborarlos sanamente y acompañar a otras personas que los están experimentando. La psicóloga de Fundación CAP, Paulina Melo, explica que “lo que otorga a esta crisis una característica especial es que nos afecta e involucra a todos y a todas por unas u otras razones. Entonces, de alguna manera, podría plantearse que estamos todos en duelo”.
Ante la pérdida de un ser querido, es esperable que los niños y niñas manifiesten cambios en sus comportamientos y estados de ánimo, tales como; irritabilidad, agresividad, pesadillas, insomnio, miedo a la oscuridad, tristeza, falta de interés por aspectos o situaciones que solían ser de su agrado, dificultad de atención y concentración, demanda de más preocupación y cariño de los adultos, etc.
En este contexto, afrontar la muerte de alguien cercano además impone restricciones sanitarias, que dificultan la posibilidad de acompañar o estar acompañados físicamente. Dada la relevancia emocional que tienen el acompañamiento y la realización de ritos, es muy importante buscar nuevas formas de llevarlos a cabo y, así poder acompañar a las personas que están pasando por esta experiencia, sobre todo a los más pequeños. Paulina Melo, presenta una serie de sugerencias para estar presentes y dar apoyo a aquellos niños o niñas que están viviendo duelos, a continuación algunas de ellas:
1- Explicar que el familiar que murió estaba extremadamente grave, para que cuando alguien se enferme levemente, no crea que necesariamente va a morir también.
2- Explicar por qué ahora no se tiene tanto contacto con otras personas significativas o no se ha podido despedir al ser querido/a o familiar que murió.
3- Es importante dar un mensaje claro y directo de que la muerte no es en ningún caso por su responsabilidad, abriendo al mismo tiempo la posibilidad de que expresen por qué piensan eso (en caso que lo piensen)
4- Realizar un ritual en casa, de manera individual o bien acompañado/a de las personas con las que conviva en estos momentos. Si hay niños y niñas en casa que quieran participar, pueden hacer un dibujo o escribir algún mensaje para mandar a la persona o familia en duelo.
El rol de los adultos es clave en la vivencia de duelo que experimenta cada niño o niña, ya que cumplen importantes funciones en relación al cuidado, atención y afecto que ellos y ellas necesitan en esos momentos, así como también en proporcionar seguridad y tranquilidad.
Finalmente, “es importante recordar la relevancia de no imponer nuestra manera de enfrentar la muerte. Al igual que los adultos, los niños/as necesitan que se les acompañe desde sus necesidades y respetando sus tiempos. No apurar ni presionar las expresiones emocionales, ya que cada niño y niña reacciona de diferente forma y a distintos momentos” destaca la psicóloga.
Para más información se adjunta cartilla completa sobre el Duelo Infantil, ¿cómo acompañar a los niños y niñas? descarga acá
Acerca del programa “Aprender en Familia”
El programa “Aprender en Familia”, creado y desarrollado por Fundación CAP, ha beneficiado a cerca de 46.500 estudiantes y sus familias, de un total de 136 establecimientos educacionales, abarcando desde salas cuna y jardines infantiles públicos hasta liceos, ubicados en 16 comunas a lo largo de Chile. Su principal desafío es potenciar el aprendizaje, desarrollo y bienestar de los párvulos y de los estudiantes, involucrando a los padres y/o apoderados en su proceso educativo y fortaleciendo la alianza Familia-Escuela/Jardín. Es un programa único en Chile y contempla el trabajo sistemático en tres áreas: Vincular al establecimiento educacional con las familias, capacitar a apoderados para potenciar sus habilidades parentales y fortalecer las redes de apoyo.