Fundación CAP mediante su Programa Aprender en familia (PAF) ha trabajado con más de 130 establecimientos educacionales desde 2010, de los cuales 12 ingresaron este año (nueve escuelas de Renca y tres escuelas de San José de Maipo). El PAF busca potenciar, desde el centro educativo, el efecto familiar en el desarrollo, aprendizaje y bienestar de niños y niñas. A través distintas instancias, intenta fortalecer la alianza entre familias y los agentes educativos, y para ello, trabaja con toda la comunidad educativa.
En este contexto, la pandemia del coronavirus ha sido un desafío para todas las comunidades educativas, en especial para los padres, madres y adultos cuidadores, es por ello que Fundación CAP realizó una charla, a la que asistieron 300 personas vía online, que actualmente son parte del programa y a través de la plataforma de YouTube ha podido ser vista por 1900 personas. Esto da cuenta, de que es un tema relevante hoy en día y en el que tenemos mucho que avanzar.
Esta instancia dio a conocer el significado y las implicancias del enfoque de derechos de los niños y niñas en las relaciones cotidianas y los desafíos pendientes en la actualidad. Busca movilizar a los adultos hacia una crianza basada en el respeto y pleno reconocimiento de los niños y niñas como sujetos de derechos. Se abordó la importancia de tomar conciencia de las propias creencias que tenemos acerca de lo que es ser niño/niña. Fue una invitación a conectarnos con los niños y niñas, y acompañarlos desde sus derechos.
Se abordaron tres objetivos:
- Reflexionar acerca de cómo nos relacionamos con nuestros hijos/as en la vida cotidiana.
- Cómo construir construir comunidades con enfoque de derechos.
- La responsabilidad social de brindar apoyo al bienestar infantil y garantizar los derechos y protección de los niños y niñas.
María José Camus, psicóloga de Fundación CAP señala que “como adultos hemos ido aprendiendo a relacionarnos con los niños y niñas como sujetos de derecho. Hemos aprendido a cuidar la vida de los niños y niñas, porque están en proceso de desarrollo, y para ello hay que entender que todas las decisiones que tomemos como adultos no pueden pasar por sobre su desarrollo y bienestar. El interés superior es poner a los niños y niñas al centro de nuestras decisiones y de los temas que les interesen, esa es la máxima realización de todos los derechos”.
Camus agrega que “la no discriminación es independiente de la cultura, historia o de donde venga el niño o niña, siempre tienen el derecho a ser oídos y ahí viene el concepto de autonomía progresiva, según su desarrollo, van tomando mayores decisiones y es clave nuestro rol como adultos para ir acompañándolos”.
La Convención de los Derechos menciona que las familias tienen que estar acompañadas, vivir en comunidad y tener garantías del Estado para custodiar a los niños desde un enfoque de derechos, ya que no es una tarea sencilla. La manera de avanzar es construir comunidades con enfoques de derechos. “Es una responsabilidad social brindar apoyo al bienestar infantil (Barudy y Dantagnan, 2010) y garantizar los derechos y protección de los niños y niñas (Gómez, 2016).
El tener una comunidad y una red de apoyo a la que acudir, marca la diferencia, un ejemplo real comenta Camus, “es el de una escuela en que los niños se sentían inseguros en su trayecto, ya que estaban en un barrio complicado. La comunidad se organizó e hicieron una RUTA SEGURA hasta la escuela, lo que implicó que los niños conocieran a los vecinos y si en algún minuto se sentían inseguros pudieran acudir a ellos. Implicó un trabajo en equipo”.
Es muy importante entender que los niños y niñas nacen con capacidades y que reconocerlo, respetarlo y legitimarlo. Las investigaciones en neurociencias han aportado en esto, Bernardita Izquierdo, psicóloga de Fundación CAP, señala que “Un claro ejemplo es el llanto, es un signo de que no les gusta algo o incluso cuando desvían la mirada, es porque no les gusta lo que uno está haciendo, y es el primer paso para reconocerlo como persona. El desafío como papás está en transmitirles desde muy chicos a los niños y niñas que siempre pueden darle alas para que desarrollen su autonomia progresiva. Hay que quitar de nuestro lente las etiquetas”.
Acerca del programa “Aprender en Familia”
El programa “Aprender en Familia”, diseñado e implementado por Fundación CAP, ha beneficiado a cerca de 46.500 estudiantes y sus familias, de un total de 136 establecimientos educacionales, abarcando desde salas cuna y jardines infantiles públicos hasta liceos, ubicados en 16 comunas a lo largo de Chile. Su principal desafío es potenciar el aprendizaje, desarrollo y bienestar de niños, niñas y jóvenes, involucrando a los padres y/o apoderados en su proceso educativo y fortaleciendo la alianza Familia-Escuela/Jardín. Es un programa único en Chile y contempla el trabajo sistemático en cuatro áreas: Vincular al establecimiento educacional con las familias, trabajar junto a los apoderados para potenciar sus habilidades parentales, promover el gusto de la lectura en familia, y promover y fortal